El
homenaje a Tato Bores realizado el 1 de
Mayo en la edición 40 de la Feria del Libro, organizado por el Banco de la
Provincia de Buenos Aires, mostró no solamente su vigencia, sino también la
reiteración de los comportamientos de los políticos argentinos. Decía Tato en uno de sus monólogos: “Y aquí estamos señor. 30 años. 30
años bancándose 16 presidentes y 37 Ministros de Economía que se la pasaron
diciendo: “Ésta es la crisis más grande que está sufriendo el país”, “Hay que
reducir el gasto público”, “Hay que laburar más, “Hay que invertir en el ISPA”.
De
sus amigos, colegas, admiradores y familia surgieron frases que destacan
su generosidad que excedía lo actoral, brindándole a sus colegas la posibilidad
de mostrarse, como así el respeto que tenia a sus guionistas, de los que no
cambiaba ni una sola coma de los monólogos.
Asimismo se valorizó el compromiso
que tenia criticando a través del humor irónico
a los políticos. Magdalena Ruiz Guiñazu reflexionó:
“Tato fue prohibido, censurado por diferentes gobiernos y hasta sufrió que se
le ponga una bomba en su casa. Sin embargo, nunca fue citado por la Justicia." Y eso que sus dichos tenían
peso y era visto con cuatro ojos por los mandatarios de todos los signos, no
fue casual. Es decir que la lengua filosa, molestaba, pero prefirieron ceder y no convocarlo a los tribunales, ante el precio que deberían pagar por sus desmanejos y promesas incumplidas en los 40 años que formó parte de la realidad nacional.
En otro paisaje, se defendió la
actuación del Actor Cómico de la Nación durante la dictadura argentina del
Proceso de Reorganización Nacional que gobernó la Argentina entre 1976 y 1983.
Ante las acusaciones sobre un rol complaciente en aquellos años sostenida por
el ministro Randazzo y diferentes funcionarios y periodistas adherentes al gobierno
Kirchenrista(1) se recordó que en una de sus obras de teatro, Tato , con la presencia del entonces
presidente de facto, Jorge Videla entre el público, recitó los 10 mandamientos,
incluidos el “No Matarás”, enfatizado frente a uno de los culpables del terror,
muerte y desaparición de 30 mil
argentinos. Videla, que había escuchado muy bien que había dicho Bores, al
terminar la función lo visitó en el camarín.
Por otro lado, desde la pantalla,
desde su rol, Tato habló en forma imaginaria por teléfono con todos los
uniformados y altos funcionarios de la dictadura . Sus criticas no fueron menores, aún solapadas por el humor y comprendidas muy bien por los militares, había
que situarlo en el contexto socio político que vivía la Argentina, significando
las agallas que tuvo y el peligro que sabía que
corría, hecho que no lo amedrentó para seguir hablando desde su
personaje de peluca, frac y anteojos.
1) Este debate, que
luego fue replicado por 678, contó con la reflexión de Randazzo que señaló al
genial humorista, fallecido en 1996: "Yo no voy a hacer una acusación
sobre Tato Bores, no me siento con la autoridad para hacerlo, pero viendo lo
que ocurrió después...”, deslizó el ministro.“Me extraña que hombres que tenían una enorme
responsabilidad y un enorme crédito... eh... deberían haber tenido otra
actitud, lo digo con mucho respeto: una actitud mucho más combativa sobre lo
que estaba ocurriendo en la Argentina. No alcanza ni la ironía ni el chiste
porque la historia fue trágica. Si hubieran tenido otra actitud no hubiéramos
tenido que lamentar 30 mil personas, lo digo con el miedo de estar cometiendo
una injusticia”.
Ver más en “Tato Bores, en el ojo de la
tormenta por su rol en la tele durante la dictadura”, Perfil, 6/9/2011 www.perfil.com/espectaculos/Tato-Bores-en-el-ojo-de-la-tormenta-por-su-rol-en-la-tele-durante-la-dictadura-20110906-0007.html
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